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Gustavo Petro se queda sin visa: la crisis diplomática que pone en amenaza la relación con Estados Unidos

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La revocatoria de la visa de EE. UU. a Gustavo Petro desató una crisis diplomática con impacto directo en las relaciones bilaterales. Todo surgió tras su participación en una protesta en Nueva York, donde llamó a soldados a desobedecer a Donald Trump.

El origen de la crisis y sus implicaciones legales

El Departamento de Estado de EE. UU. calificó las declaraciones del presidente de Colombia como “imprudentes e incendiarias”, luego de que Petro, con megáfono en mano en Times Square, hiciera un llamado a la desobediencia militar en el contexto del conflicto entre Israel y Palestina.

La principal consecuencia de esta medida es el quiebre de la inmunidad diplomática. El presidente Petro fue enfático al señalar que la decisión de quitarle la visa “rompe todas las normas de inmunidad en que se basa el funcionamiento de las Naciones Unidas y su Asamblea General”, poniendo en tela de juicio la capacidad de Estados Unidos para seguir siendo sede de la ONU.

Consecuencias diplomáticas y políticas de la decisión

Impacto en la lucha contra el narcotráfico: la medida podría generar inestabilidad en la cooperación en seguridad y la lucha contra el narcotráfico, un pilar fundamental de la relación entre ambos países. Petro ya advirtió que la decisión es lo que “necesitan las mafias” para separar a Estados Unidos de Colombia.

Petro intensifica su confrontación con Trump y EE. UU

El presidente Petro, quien aseguró no importarle la decisión dado que es ciudadano europeo, ha usado el incidente para escalar la confrontación con Estados Unidos y con sus críticos internos. Argumenta que la medida es una prueba de que EE. UU. “ya no cumple con el derecho internacional”.

Algunos analistas también han advertido que es una manera de acercarse al bloque geopolítico de China, Rusia e Irán, rivales de Estados Unidos en el panorama internacional.

Augusto Ocampo, secretario jurídico de la Presidencia; Rosa Villavicencio, canciller de Colombia; y Edwin Palma, ministro de Minas y Energía, son quienes, en “solidaridad”, han renunciado a sus visados americanos. Junto a Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, buscan imponer “la nueva moda Petrista”.

La tendencia de esa moda se expandió a otros miembros del gabinete, como el minIgualdad Juan Carlos Florián, a quien Estados Unidos le revocó la visa. Y el ministro de Hacienda, Germán Ávila, también renunció a su visa.

Se espera que no termine ahí, pues el ministro del Interior, Armando Benedetti, pidió a todo el gabinete unirse a las renuncias como muestra de solidaridad con Petro.

¿Polarización política en Colombia?

El hecho ha polarizado el debate interno en Colombia. Petro acusó a sus opositores, quienes han apoyado a los gobiernos estadounidenses en el pasado, de estar “contentos con Trump” y de votar por los “genocidas”, ligando el retiro de la visa a una “persecución política” de la derecha colombiana.

El verdadero costo político de la decisión de Estados Unidos

En esencia, la decisión estadounidense ha transformado un incidente internacional en una crisis de política exterior y polarización interna, que obligará al Gobierno colombiano a reconfigurar su estrategia diplomática con Washington en un momento de alta volatilidad global.

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