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Daniel Quintero y su retiro del Pacto Histórico: estrategia, cálculo político y fractura interna

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El exalcalde Daniel Quintero implosionó la consulta del Pacto Histórico a menos de dos semanas de su realización. Su retiro se interpreta como un cálculo político para protegerse jurídicamente y mantener su opción en las consultas de marzo. Deja un ambiente de desconfianza en la coalición del gobierno.

¿Cómo Daniel Quintero dinamitó la consulta del Pacto Histórico?

Las movidas recientes son claras. Por cortesía del exalcalde de Medellín, el Pacto Histórico está repitiendo la receta del caos del centro político en 2022.

Quintero renunció a la consulta acusando que el Consejo Nacional Electoral alteró su naturaleza de consulta interna para transformarla en una consulta interpartidista.

Entre el cálculo y la estrategia: los motivos de Quintero

El cálculo político es notable en este punto. El ganador de la consulta del Pacto este 26 de octubre no podría ir a las consultas que se harían con otros sectores de izquierda en marzo.

Pero más allá de eso, las cosas no venían bien. El 14 de marzo, Quintero atacó a Iván Cepeda por no ser radical con el uribismo.

Ecos del pasado, la política repite sus fracturas

Se trata de un caso muy similar al de la Coalición de la Esperanza en 2022, cuando las peleas de Alejandro Gaviria e Ingrid Betancourt con el resto de candidatos deterioraron la confianza en ese sector político.

En ese entonces, como ocurre con Quintero en la actualidad, Betancourt se apartó de la consulta queriendo llegar a primera vuelta, sin considerar el costo que esa decisión tendría sobre la confianza de sus aliados.

El desenlace no dejó lugar a dudas: todo el centro político fue derrotado.

Reacciones y consecuencias: Petro y la línea de fuego interna

Mientras tanto, el presidente Gustavo Petro, pese a la norma que prohíbe su participación en política, sostiene que la consulta sigue en firme.

Quintero opta por cálculos políticos

Según La Silla Vacía, la mayoría de las bases del Pacto Histórico inclinaron sus preferencias hacia Iván Cepeda.

Este escenario sugiere que las condiciones no estaban dadas para que Daniel Quintero ganara la consulta del Pacto Histórico.
Basado en la evidencia disponible, el exalcalde de Medellín utiliza la posible inhabilitación legal como justificación de su decisión. Al apartarse, gana independencia para postularse en solitario y, al mismo tiempo, para ejercer una voz crítica sin restricciones frente a quienes fueron sus compañeros de contienda: Iván Cepeda y Carolina Corcho.

Sin embargo, no está claro si podrá postularse como candidato con esta renuncia a la consulta. Según Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral en Colombia (MOE), Quintero quedaría inhabilitado para participar en la consulta de marzo debido a que al renunciar a la del 26 de octubre, no podría inscribirse ni por firmas ni con el aval de otro partido.

La tesis de Quintero es otra. Señala que él no autorizó que lo metieran en la consulta interpartidista y que le tocaría pagar 230 mil millones en caso de participar en las consultas del próximo año, cosa que de todos modos va a buscar desafiando las leyes electorales, según lo que comentó la MOE.

Un desenlace que redefine a la izquierda colombiana

Para quien acompaña esta lectura con pensamiento crítico, el verdadero fondo de la crisis radica en que la falta de consolidación del Pacto Histórico permitió que este tipo de estrategia pudiera prosperar.

A pesar de que la Registraduría aclaró que la consulta del 26 de octubre sí va, retiro del movimiento no solo evidencia la ausencia de cohesión, sino que muestra cómo uno de sus líderes eligió la confrontación externa como vía para sostener su proyecto político, debilitando la legitimidad del bloque ante el electorado colombiano.

El desenlace de esta movida definirá, en buena medida, las implicaciones que tendrá en la configuración de la izquierda en Colombia

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