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Crisis entre Colombia y Estados Unidos: las consecuencias para “David” por meterse con “Goliat”

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Tiempo de lectura: 3 minutos

Punto crítico en la crisis entre Colombia y Estados Unidos tras las declaraciones del presidente Gustavo Petro. En respuesta, Estados Unidos amenazó con subir aranceles, suspender la ayuda económica y meter al presidente y allegados en la Lista Clintón, una consecuencia que Petro buscó deliberadamente.

La cadena de provocaciones que condujo al cruce diplomático

El trasfondo de este cruce diplomático se encuentra en una secuencia de acciones deliberadas por parte del presidente Gustavo Petro, entre ellas la cancelación de compras de armamento a EE. UU., la imposición de aranceles a autopartes estadounidenses y burla públicas a las políticas migratorias de Washington, tras la revocación de su visa.

El criterio del presidente Petro, al adoptar una postura de oposición frente a una potencia sin contar con su poder equivalente, revela una estrategia política cuyos costos, previsiblemente, recaerán sobre la nación.

Coherencia rota: costos de la alineación de Petro con el régimen de Maduro

La evidencia más contundente de esta fractura es la alineación manifiesta con el régimen de Nicolás Maduro. Petro ha tomado partido abierto por el chavismo, negando la existencia del Cartel de los Soles y llegando incluso a ordenar a las fuerzas armadas colombianas defender a Venezuela en caso de agresión.

Esta posición altera la coherencia histórica de la política exterior de Colombia y, según advierten expertos, expone al país a eventuales sanciones y señalamientos de la ultraderecha estadounidense. Se evidencia una contradicción flagrante entre el discurso de “Paz Total” y la confrontación internacional.

En este contexto, el expresidente Donald Trump señaló directamente al mandatario colombiano de narcotraficante, ante lo cual este respondió planteando la necesidad de un cambio político de presidente en Estados Unidos.

Por ende, Estados Unidos anunció que Petro y sus familiares serán incluido en la Lista de la OFAC, dentro de las cuales hay varias categorías como la conocida Lista Clinton.

Aunque no es claro en cuál categoría serían clasificados, su entrada a esa lista representa una sanción directa de Estados Unidos al bloquearles el acceso al sistema financiero norteamericano.

Impacto económico: riesgos para los sectores clave

El deterioro de la relación con EE. UU. amenaza la cooperación militar y económica con ese país.

Aunque Estados Unidos descartó por ahora los aranceles, eso no significa que otra arremetida de Petro pueda poner en riesgo sectores vitales como la exportación de flores, café y, crucialmente, las remesas, pilares económicos que inciden directamente en el ingreso de los hogares colombianos.

La responsabilidad de los líderes consiste en gestionar con rigor las relaciones internacionales; este episodio, sin embargo, parece priorizar la capitalización política y la narrativa de victimización para el contexto electoral interno, a costa del bienestar general.

Geopolítica de la diversificación: acercamiento a China

El riesgo se intensifica al considerar la estrategia de acercamiento del Presidente de Colombia a China, potencia rival de Estados Unidos.

Si bien la diversificación de socios es un objetivo válido, el movimiento se da en un contexto de déficit comercial profundo con Pekín, lo que sugiere que reemplazar a un aliado comercial consolidado con décadas de historia no es un acto de simple sustitución.

El dilema es crítico: el deterioro de la crisis entre Colombia y Estados Unidos empuja a Bogotá hacia un socio que, si bien ofrece grandes oportunidades de inversión, no ha demostrado la misma reciprocidad comercial que Washington.

Consecuencias de la crisis bilateral

Es fundamental comprender que Estados Unidos es, históricamente y por amplio margen, el principal socio comercial de Colombia, al absorber cerca del 30 % de sus exportaciones y constituirse en la principal fuente de inversión extranjera y de remesas.

Al tensar la cuerda con el principal aliado en la lucha antidrogas y en el comercio, las pérdidas económicas no se limitarán a la ayuda militar suspendida; la imposición de aranceles afectaría directamente el flujo de miles de millones de dólares, comprometiendo empleos y la estabilidad de sectores productivos que dependen del acceso preferencial al mercado norteamericano.

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