Una promesa que sedujo
En 2022, Lina María Garrido —representante a la Cámara por Arauca, madre y militante social— celebró la victoria del Pacto Histórico. Aterrizó en Bogotá convencida de que llegaba “el gobierno de la vida”: paz en la frontera, protección a los líderes y fin de la corrupción.
El quiebre: del entusiasmo a la rabia
Tres años bastaron para que esa confianza se resquebrajara. Masacres en su departamento, contratos inflados en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y una reforma a la salud varada encendieron la alarma. “Nos prometieron dignidad; nos dieron excusas”, resume hoy.
El día que el Salón Elíptico se quedó sin presidente
El 20 de julio, en plena instalación del Congreso, Garrido tomó el micrófono y lanzó la frase que recorrió el país:
“Yo voté por usted, presidente, y no me queda nada que defender”.
Petro sostuvo la mirada solo unos segundos. Después giró sobre su talón y salió. Los gritos de “¡Fuera!” retumbaron más que cualquier aplauso de 2022.
La brecha entre el discurso y la realidad
Lo que prometió | Lo que ocurrió |
---|---|
“Paz total en tres meses” | Repunte de secuestros en Arauca |
“Ni un peso perdido en corrupción” | Escándalo UNGRD: contratos amañados |
“Protección a líderes sociales” | 182 asesinatos en 18 meses (Indepaz) |
La distancia es más que numérica: erosiona la fe de quienes creyeron que la política podía reinventarse.
Voces que se multiplican
La etiqueta #NosFallaron cosecha testimonios de antiguos simpatizantes: estudiantes, comunidades indígenas, colectivos LGBTI. Para Juan Camilo*, ex vocero universitario, la decepción es simple: “Parecían distintos, terminaron iguales”.
¿Qué viene ahora?
Garrido no habla de revancha. Pide resultados: “Cumpla lo que firmó”. El gobierno, de momento, guarda silencio y apuesta a una agenda internacional que, según críticos, lo aleja aún más de la calle que lo eligió.